Esta
forma del Elemento Agua es la más esencial de todas, pues no pertenece siquiera
al Planeta, sino que es el Elemento de Creación de nuestro satélite, la Luna,
como fuerza espiritual que acompaña al Planeta en su evolución, no habiendo
estado y sido siempre, sino como representación de un proceso en una línea de
tiempo concreta de experimentación. El Planeta ha sido dotado de la Luna y a su
vez la Luna ha sido dotada de un Planeta, sería un intercambio de energías que
se cohesionan para generar una forma de vida desconocida, pues la alianzas que
se crean en el Universo son “experimentos” que la propia creación tiene a bien
considerar, en el ejercicio de conocer en su incognoscibilidad. El Agua
Prístina es el Agua esencial del Espíritu Lunar y se diferencia con el Agua
Palatina, en que jamás encarnó ni encarnará, pues es la esencia inalterable de
la fuerza Lunar, caracterizando y dotando a todo lo que está vinculado con ella
con el patrón de la vida inconsciente e insondable, cuyo Espíritu jamás vive en
el tiempo, porque sólo habita en el espacio, ejerciendo su poder desde su
hábitat y recibiendo siempre el desarrollo de la evolución que experimenta el
Agua Palatina a través de los cristales del interior del Planeta.
Activar
el Agua Prístina solamente puede hacerse cuando los portales lunares se abren y
permiten captar la fuerza espiritual lunar en beneficio de todas las formas de
vida del Planeta. Esto solamente ocurre en cada Luna Nueva, que es cuando el
propio Ser Lunar renace tras su viaje de 28 días y regresa al punto de partida.
Esta regeneración de la Luna Nueva respeta los imputs del tránsito emocional,
sin juicios de valor, y sin ningún tipo de más interacción que la de reconectar
a la Entidad con el Espíritu Lunar, sin más, en ningún caso para realizar la
sanación con este Subelemento, puede intervenir el campo mental, pues si fuera
así el Espíritu Lunar no tendría acceso a la reconexión.
Temple Inanna