MU

5.- Ciudad de Mu – 5D

Hábitat de Unidad – Vida en Correspondencia Cielo-Tierra

Podríamos decir que la singular Ciudad de Mu, es un hábitat proyectado desde lo más incognoscible del desarrollo humano, que fue apareciendo y creándose conforme las Familia más materiales aparecieron a partir de la subfamilia de la Raza Raíz Lemuriana. Estaríamos hablando de lo que se conoce como Pueblo Nakhan o pueblo vivo, como también definen algunos papiros registrados en las bibliotecas más arcanas de la Antigua Alejandría, donde Grandes Sacerdotes Atlantes, conservaron esta información como un legado extraordinario que en su tiempo, recuperaría el esplendor de un propósito tan tangible y tácito como fue diseñado por los seres de la 5ª dimensión que supieron hacer prevalecer los vínculos quánticos con la humildad y sencillez que caracteriza este pueblo. Podríamos asegurar sin equivocarnos, que los Nakhan son un conjunto de ciudadanos que expresan una falta de ambición y una anulación absoluta sobre expectativas futuras. No tienen ninguna preocupación sobre el futuro de sus días, y han aprendido a crearse de acuerdo a lo que acontece cada mañana, sin más, sin previsión de nada, sin control, sin realizar ningún esfuerzo logístico ni organizativo, son ciudadanos que viven para lo que acontezca, sin más, fluyen en el ritmo planetario, en las secuencias algorítmicas que diseñan inconscientemente y solamente se ocupan de disponer de un estado de estabilidad y paz indisoluble por nada externo. Son seres de gran serenidad, de voz pausada, de movimientos lentos, serenos, abiertos, confiados al mundo y a la vida, como si no temieran nada de lo que pudiera ocurrir. No son preventivos, ni exclusivos, no son reacios, por lo que tienen una singular personalidad que si hoy viéramos a uno nos sería casi imposible de comprender, pues no conocen ningún estado de desequilibrio. Un ciudadano de Mu, entraría en caos en el mundo actual y muy probablemente no podría permanecer completo por mucho tiempo, pues no podría anclarse energéticamente en la fuente que emana de esta tierra hoy.
La aparición de este pueblo en la misma Ciudad de Mu, un lugar dimensional de grandes dimensiones no sólo como superficie sino quánticamente, fue uno de los mayores logros de nuestro reino. Ese recuerdo lo llevamos todos integrado en nuestra memoria celular, de hecho, es tan poderoso que un porcentaje muy elevado de seres, nos hemos anclado en este flujo akáshico, con una voluntad de alma de regresar a ese estado perdido. La fuerza que ejerce la sabiduría de la Ciudad de Mu es hoy un poderoso motor que está siendo recuperado para que el salto quántico a la quinta dimensión sea una realidad en las almas que todavía no lo han realizado. Es importante desear entrar en esta ciudad, cuando la vida nos arrastra hacia el desasosiego, siendo la serenidad, el estado de templanza que le dará paz a nuestra gran alma, tras los estragos ocasionados en el tiempo y las experiencias que han trastabillado nuestro equilibrio. La Ciudad de Mu está abriendo sus portales de inmensa claridad y luz a todos aquellos que deseen penetrar en los algoritmos que generó el Pueblo Nakhan y que hoy suponen un gran alivio a la consciencia colectiva.
Para que se comprenda mucho mejor lo que ocurre cuando un ciudadano de Mu aparece en nuestras vidas, podemos decir que lo que se siente es de una vital fuerza y energía, como si fuera un estado desconocido, que tiene la capacidad de revertir toda la alteración radiante de nuestra aura. Sería un bálsamo, un halo de absoluta serenidad, pues solamente el Nakhan ha logrado desarrollar esa estabilidad áurica. Es necesario insistir que la Ciudad de Mu, nos brinda su poder áurico, nos envuelve con un halo, nos entrega ese estado quántico que nos va a fortalecer el alma. En esta ciudad se desarrolla una vida de pausa, tras un vertiginoso campo de acción y reacción, habitualmente provocado por la Ley del Karma, mientras el individuo ha ido accediendo a fases más profundas de equilibrio. En la Ciudad de Mu, se vive la ausencia de causa-efecto. Puede parecer que eso es inverosímil, pero no es cierto, los lemurianos de Mu en la época Nakhan, lo consiguieron y por ello se elevaron a la 5ª dimensión como símbolo del éxito de una vital fase evolutiva humana. La Diosa Nannar, se erigió como tal, sin siquiera saber qué era lo que estaba creando, pues su creación fue ciega, en ella solamente intervino su corazón y su experiencia, por ello hoy podemos volver a hablar de ella, una deidad que nació del silencio de la mente y de la verdad del corazón.
En la Ciudad de Mu no existe ni puede habitar la exclusión, no cabe esa posibilidad, pues algo así sería imposible, nadie que no haya afianzado la unicidad en su campo electromagnético, no tiene acceso a la ciudad. Por eso se dice que en esta ciudad pueden encarnar seres del cielo sin ninguna dificultad, pudiendo ser fidedignos en todo momento.
Los Nakhan fueron y son grandes maestros de la vida silente y tienen mucha compenetración con las Familias de Amenti, con quienes trazan planes concienciales que brindan a la 3ª Dimensión en forma de oleadas áuricas que tienen intención de comunicar a los receptores con el equilibrio cósmico.

Según avalan entidades de esta Ciudad de Mu, hoy es el momento de saber más de su rol y las posibilidades que su sabiduría nos puede ofrecer, pero para ello las almas despiertas tienen que conectarse con estos maestros de la templanza. Si accedes a esta ciudad, no te olvides de que tu aura tiene que resonar en un estado quántico cromático limpio, para que el portal pueda detectar tu acercamiento y dotar a tu ser consciente del estado sigma, que tendrás que aprender a sostener mientras estés en este pacífico hábitat de luz insondable.

Temple Inanna

ESENCIAS DE MU

Ilustración de Oksana Petrushchak ESENCIAS DE LOS ELEMENTOS -----------------------------------------------------------------...