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Ciudad de Tellos (Intraterrena) – 5D
Hábitat de Prosperidad – Vida
Sinérgica y Gravitacional
Originalmente
no existía ninguna forma de vida intraterrena, en los albores de la historia de
Gaia. Esta ciudad nació a raíz de acontecimientos altamente dañinos para la
seguridad de los hombres, en los tiempos de la primera de las glaciaciones que
tuvieron lugar en el planeta, cuando todavía ni siquiera podría definirse como
tal. Las formas de vida microbiológica, evolucionaron en conciencia y
resonancia con la energía de la madre tierra, por lo que podemos asegurar que
los intraterrenos son una realidad femenina, que se desarrolló gracias al campo
gravitacional planetario y a los flujos sinérgicos de todas las energías y
fuentes de vida subterráneas. Cuando decimos que la vida microbiológica
evolucionó, estamos refiriéndonos a que fue a través de esta forma de vida,
donde surgieron otras formas de vida, que acabaron permitiendo que el hombre
tomara este hábitat como adecuado para crear su hogar, mientras en la
superficie no era posible hacerlo.
Es
el momento de asegurar que el campo gravitacional planetario es un entidad viva
y de gran influencia quántica en todo el alma planetaria, de forma que si la
ciencia conociera mucho mejor el gravitón, muchos de los conceptos
físico-químicos de la actualidad se verían profundamente cuestionados.
La
vida intraterrena en la Ciudad de Telos,
es una vida altamente avanzada tecnológica y espiritualmente hablando. Ellos
conservan la sabiduría desarrollada de todas las Razas Raíz, serían como
acumuladores de los procesos evolutivos de cada una de las razas, subrazas y
subfamilias, las conocen todas y recogen de cada una los mejor que han
aprendido a desarrollar, no por ello adueñándose de ello, todo lo contrario.
Los intraterrenos de Telos, son almas muy evolucionadas, que experimentan los
escalares concienciales y los escenifican en su hermosa y luminosa ciudad.
Podríamos definirlos como “anclajes” cuya masa es zero, erigiéndose como poderosas
fuerzas de alta sinergia que se localizan en el campo gravitacional, para que
el alma planetaria sepa que sostiene en sus cuerpos, además de la fuerza del
fotón en su campo electromagnético, la del gravitón, cuya sabiduría habla de
una realidad no aparente, sino tangible, que puede crear vida en sus entrañas,
sin posibilidad de dañar su cuerpo ni físico, ni emocional ni sensorial.
Alcanzar
la vida gravitacional, es todo un símbolo de las grandes posibilidades de la
existencia, que nos acerca al entendimiento de que formas de vida hay
innumerables y que de igual modo que en nuestro planeta existe vida intraterrena
no detectable, también existe vida extraterrena. Lo mismo ocurre en todos los
sistemas planetarios de la galaxia, por lo que la gran falacia de este plano de
conciencia y este grado de evolución, es que no existe más vida que la tangible
con los ojos físicos. La percepción de vida en la 5ª Dimensión, cambia
sustancialmente esta percepción de lo absoluto y desmonta toda ideología basada
en ciencia reptiliana principalmente. Los accesos a la mente superior, abren la
percepción extrasensorial del tercer ojo e impiden que exista más ceguera.
Podemos
asegurar que la vida en la Ciudad de Telos es próspera porque ya no cierra, ni
bloquea, ni atrapa, es próspera porque siempre es expansiva, cualitativa y
asociativa. Podemos describir a los intraterrenos como seres loables de grandes
ojos y pequeñas manos, de considerable estatura y de gran poder comunicador,
sensitivo, sensorial, auditivo y táctil. Como si en ellos hubiera mutado algún
atributo animal, pues pueden captar cualquier movimiento mucho antes que se manifieste
en el espacio-tiempo. Si pudiéramos acceder a esta singular ciudad de luz,
quedaríamos tan impresionados por su belleza que no desearíamos regresar a la
superficie, pues son indescriptibles sus espacios creados con forma de bóvedas
y ensenadas perfeccionadas por cromáticas cristalizaciones de minerales propios
del elemento éter. Las grutas y accesos al magma cristalizado, abren puertas a
increíbles escenarios en los que las aguas subterráneas, emanando de pozos
negros que parecen cruzar toda la orbe, trazan su propio baile en forma de
manantiales, chorros, fuentes y todo tipo de caudales, que mantienen la vida
vegetal acuífera, principalmente, en un estado de vital esplendor,
convirtiéndose los propios escenarios naturales en la forma de la ciudad en la
que habitan estos extraordinarios seres.
Temple Inanna