LA FLOR DEL CEREZO
Un
hermoso cerezo en flor, vibraba en el mismo centro de la galaxia, en ese hogar
solar llamado Alcione, allí donde tiene principio y final todo Espíritu Creador
que en su propia voluntad de engendrar vida, toma posesión de su corazón, desde
donde emergen los sentimientos que serán la musa para la forma, allí donde se
fragua cada ápice de vida que no ha sido anunciada.
El
cerezo, expande su fuego hacia esas aguas plateadas y desde allí, siempre a lo
lejos para que la aguas no sean alteradas, concibe un sentimiento, un vibrar
primero y último, ese es su sueño, su motivo, su prestigio, su sentido para
restar dormido y en un último silencio, hasta que sea un sonido el que la
conduzca en su barca arcana hasta las aguas plateadas.
Mírala,
allí viene, sosteniendo firme su vara mágica. Surca ella, la gran dama, las
mágicas aguas plateadas, se dirige en un sueño sin memoria, en un impulso sin
pena y sin gloria, en una inercia ciega que la lleva sin saber que está
avanzando, sin conocer que se dirige a lugar alguno, sin idea de que la fuerza
de las aguas plateadas la llevan a un propósito.
Es
ella, es la que solamente en silencio, en sueños y a ciegas, se entrega, sin
motivo, sin nada más que por que así su oscuridad lo predice. Su barca se
desliza entre la bruma y conforme avanza, se puede palpar como la densidad del
lugar, se esfuma. Todos la pueden ver llegar, todos la sienten, todos saben que
cuando la gran dama aparece, aquello que no la dejaba libre está muerto y por
ello, su Espíritu es libre de cualquier oprobio, libre para mostrarse tal cual
es, una fuerza real y fiel a la realidad de sus sentimientos.
Todo es
puro silencio, no hay más, no existe nada que no le permita avanzar hacia su
hogar…
Observa,
mírala… cerciórate de cómo su barca fluye en las plateadas aguas, como la bruma
se expande y como su vara apunta hacia la magia. En la orilla pueden verse a
todos los que la esperamos, aquí nos encontramos, recibiéndola, sintiéndola,
abrazándola, unidos y comunicados con esa libertad que hemos elegido desde nuestros
propios corazones.
De
repente, un rugido… saltamos de júbilo, es la Esfinge quien con su arcana voz
nos dice, que ahora puede penetrar el UNO.
Temple Inanna