Este
Elemento el más sutil y liviano de los cuatro Elementos perceptibles por el ojo
humano, es el que se encarga de vincular a toda Entidad con la Voluntad del
Espíritu, portando en sí mismo la Semilla dadora de la Vida que se gestará en
la manifestación terrenal. Es por tanto un Elemento conductor y por ello se lo
relaciona con el fluir de los pensamientos a través de la mente.
Está
íntimamente relacionado con los procesos mentales del Ser, en los planos más
densos e instintivos, el Elemento Aire forma parte de los recursos mentales de
las formas de vida que no son sólo humanas sino también elementales, incluso
animales, pues a diferencia de lo que asegura la ciencia, el Reino Animal y en
concreto algunas de sus especies más evolucionadas, está demostrado que
discurren, analizan y por tanto piensan.
En
cuanto a la relación que guarda el Aire con el Reino Vegetal, está relacionado
con la conducción de las esporas como vehículo para que entes estáticas tengan
contacto entre ellas. Por medio de este Elemento, también se comunican los
árboles, creando una poderosa red de energía dinámica alrededor de todo el
planeta. El Reino Mineral es quien mejor hace uso de este Elemento, ya que es
su más fiel mensajero, el único que lo intercomunica todo desde los planos
materiales. El Elemento Aire es para el Reino Mineral como un noticiero que te
mantiene informado de la actualidad del planeta.
Como
hemos estado viendo hasta ahora, los Elementos se manifiestan fractalizados en
siete tipologías con características específicas que permiten realizar una
pequeña aproximación a las cualidades más esenciales y profundas de cada
Elemento.
Temple Inanna