Este
es el Éter de la CONSCIENCIA, el vehículo del Ser en su completitud, tal y como
se ha creado a sí mismo y tal cual ha expresado todo lo que es. Para alcanzar
esta sabiduría ha tenido que conocer su aspecto más elevado, es decir el
Espíritu y también el más denso, es decir el Espíritu encarnado en la materia.
Ha tenido que perderse, abandonarse, marchitarse, olvidarse de sí mismo, ha
tenido que ocultarse, que desgarrarse hasta que la experiencia lo ha llevado a
transformarse y morir en infinidad de ocasiones, moldeándose para conseguir
fluir en los caminos de la vida. Este Éter Solar te conduce a la verdad de
quien eres, tal y como eres, sin velos, ni creencias, libre de todo lo que no
eres, para sentir que eso que sientes, que ves y que reconoces, eres tú.
Es
importante decir que la cualidad de este Éter es la más directamente
relacionada con el sentimiento de éxito y abundancia, tal cual intentamos
explicar en esta Etapa del Camino, pues es el Éter en el que habita nuestro
propósito, nuestra iluminación, nuestra capacidad transformadora, siendo el uso
de este Éter el que nos ayudará a dar con esa voluntad de morir para volver a
nacer. Por ello está muy vinculado al Agua Anunciante, pues es ella quien da el
anuncio de muerte y el Éter Solar quien sostiene la voluntad de morir, sabiendo
que renacer es la única opción para alcanzar el Sol.
Existen
diversas tradiciones espirituales que hablan de un Maestro Ascendido que
aprendió y se doctoró en la sabiduría de este Éter, se trata del Maestro Sant
Germain, un gran mago que supo darle forma al poder del Éter Solar y junto con
el Fuego Púrpura del Sacramento, creó una poderosa herramienta de sanación,
como es la conocida Llama Violeta. Por todo ello a Sant Germain se lo relaciona
con la Abundancia en todos los planos y dimensiones, porque él la experimentó y
la trascendió para regresar al Espíritu, escalando todas las barreras de la
densidad material, por ello pudo ser el más rico y el más espiritual, dejando
la huella de que para ser un Ser espiritual, puedas también ser una persona con
una economía sana, siempre que sea ética y humanizada.
Temple Inanna